Introcucción

Icono IDevice CONTEXTUALIZACIÓN DEL PROYECTO ACADÉMICO PEDAGÓGICO SOLIDARIO
No obstante los avances logrados en el campo económico, en los sistemas políticos y jurídicos y en el ámbito cultural, en Colombia y América Latina persisten escollos sociales expresados en el desempleo, la concentración de la riqueza, el aumento de las desigualdades, la pérdida de valores humanos fundamentales, el aumento de las pobrezas absolutas, la marginalidad y la exclusión social.

Tales escollos no solamente han producido rupturas en el tejido social y disminuido la vivencia de los valores de solidaridad, pertenencia, compromiso, participación e identidad cultural sino que han dificultado los procesos de gobernabilidad e incrementado los desafíos frente a las distintas revoluciones contenidas en la globalización.

Para la UNAD, estos desafíos se convierten en retos que traducidos a propósitos y estrategias nacionales, buscan contribuir a la superación de la crisis humanitaria que vive el país y, particularmente, a la reconstrucción de las comunidades humanas, deterioradas por múltiples factores tales como:

  • El incremento de las patologías colectivas, generadas por situaciones de extrema pobreza, bajos niveles educativos y desaliento social.
  • aumento de multiplicadores de miseria, en los campos de la supervivencia, la convivencia pacífica, la afectividad humana, la sensibilidad social, la espiritualidad y la cultura en general.
  • disminución del capital social, cultural y humano, causado por el predominio del individualismo egoísta, la desconfianza en las relaciones interpersonales y el bajo capital intelectual y social.
  • presencia del carácter conflictivo y autoritario de las relaciones sociales, motivada por la confrontación de intereses de los diferentes grupos que detentan el poder o están en su búsqueda.
  • pérdida del espacio y del espíritu cívico social y del vivir de la ciudadanía como fuentes de democracia, civilización, desarrollo humano, paz y solidaridad.
  • impulso del mercantilismo exagerado, generador de marginación social, exclusión económica y distorsión cultural.

Tales factores, exigen un despertar ético, político y pedagógico frente a la cuestión social fundamental, para superar las desigualdades y la crisis humanitaria, de tal manera que se promueva la reconstrucción de las comunidades humanas a partir de la globalización de la conciencia solidaria y del espíritu comunitario, mediante La educación abierta, a distancia y en ambientes virtuales (EaD).

Por otra parte, se infiere que junto a la crisis social y de vulnerabilidad ecosistémica del planeta, lo que existe es un estilo de desarrollo en donde conviven la riqueza y el desperdicio, con la miseria y la marginación, a costa del ecosistema natural, lo cual afecta la sustentabilidad del desarrollo y la calidad de vida de la población, puesto que parece que han crecido las cosas pero las personas no.

Por ejemplo, en el caso colombiano existen estudios muy valiosos que incitan a la reflexión, la discusión e interpretación de algunos problemas críticos, a partir del análisis de los subsistemas que conforman la sociedad global. Uno de los estudios e investigaciones que merece ser consultado, es el realizado por la Universidad Nacional de Colombia, titulado -Colombia un país por construir‖ (2000). En este estudio se analizan cinco subsistemas:

El subsistema del conocimiento, reconoce como problemas sustanciales la descomposición social; la baja calidad y cobertura de la educación, la poca valoración del conocimiento, el atraso científico-tecnológico, y la débil identidad nacional.

El subsistema natural, en el cual se llama la atención al desconocimiento, pérdida y desaprovechamiento de los recursos naturales, y a la pérdida de la calidad ambiental.

El subsistema económico, en donde se reitera la concentración de la riqueza y el ingreso, la baja capacidad de ahorro, inversión y competitividad, la débil infraestructura física, los desequilibrios regionales, el desempleo, la informalidad y la economía subterránea, lo mismo que la ineficiencia del sistema financiero, el desequilibrio de la balanza de pagos y el déficit fiscal.

El subsistema social, que pone de relieve el bajo capital social, la pobreza e inseguridad de -la seguridad social‖, el no futuro de la juventud, la desinformación, la corrupción y la violencia.

El subsistema político, en el cual se llama la atención acerca de la concentración del poder, la ausencia de democracia real; la falta de visión a largo plazo; la debilidad del Estado, la situación crítica de la política exterior, la corrupción y la impunidad.

En esta perspectiva, se contextualizan problemas muy concretos, relacionados con las poblaciones de los desplazados por la violencia y desarraigados culturalmente, de los discapacitados y enfermos mentalmente, de los desocupados e improductivos laboralmente, de los marginados y excluidos socialmente, de las mujeres cabezas de familia, de los niños y de la vejez desamparada cuyas situaciones son objeto de estudio, investigación e intervención por parte del Estado, la sociedad civil, las instituciones especializadas, las organizaciones no gubernamentales y las localidades regionales organizadas.

La profundización de los problemas anteriores es motivo suficiente para que nos preocupemos por imprimirle sentido de realidad a la renovación y desarrollo de los programas curriculares, con el fin de que los aprendizajes sean culturalmente pertinentes, socialmente relevantes e intelectualmente significativos.

Estos aprendizajes deben hacer énfasis en la promoción y acompañamiento de un desarrollo humano e integral, tanto de la persona, como de la familia, de la comunidad y de las instituciones responsables de dinamizar los procesos de participación, decisión y ejecución de los planes, programas y proyectos de desarrollo y bienestar social, teniendo en cuenta que:

  • desarrollo humano, el desarrollo del potencial y capacidades de la persona en su integralidad, no es posible sin un desarrollo social sostenible y autosostenido.
  • desarrollo social, exige un cambio en las estructuras de poder y una amplia participación social de la población en la construcción de una forma de vida más justa, digna y solidaria, lo cual implica un desarrollo económico equilibrado, sustentable y autosostenido.
  • desarrollo económico, se potencia mediante un desarrollo productivo, tecnológico, científico y social equilibrado, para lograr el abastecimiento de los elementos materiales vitales como también de los bienes culturales dignos y de servicios de toda índole, para el conjunto de la sociedad.
  • desarrollo agropecuario e industrial equilibrado por una parte, exige e implica el desarrollo científico y tecnológico, y por la otra, el desarrollo social y cultural, para impulsar el despliegue de las fuerzas productivas, dentro de los principios de solidaridad, equidad, justicia social, pluralismo político y respeto a los derechos y libertades de los ciudadanos.

La reflexión anterior nos sirve para contextualizar o ubicar en el tiempo y en el espacio, la búsqueda y co-construcción de alternativas de solución a los problemas que afectan a las comunidades y a la sociedad colombiana, a partir de la responsabilidad ética, política, social, académica y pedagógica que nos compete en tanto que universidad socialmente responsable.

De este modo, la UNAD como entidad pública, científica y cultural, debe ser capaz de dar respuesta a través de sus programas y servicios a las necesidades fundamentales (axiológicas y existenciales) que las comunidades y grupos humanos presentan para desarrollar su potencial productivo y de aprendizaje autónomo, producir satisfactores y así impulsar la autogestión del desarrollo a escala humana (Max-Neef, 1986).

Desde este pensamiento, para transformar la «universidad isla» o «puente» en universidad comunitaria y solidaria asumimos como compromisos fundamentales de la acción universitaria unadista, los siguientes:

Compromiso con la gestión del conocimiento y las necesidades de formación personal, socio-afectiva, ético-moral y social de los seres humanos, que implica un mejor conocimiento de las características y condiciones de aprendizaje de grupos de estudiantes heterogéneos, para conocer sus habilidades de pensamiento, sus motivaciones e intereses, sus conocimientos y experiencias previas, así como sus estrategias de aprendizaje, madurez y equilibrio conceptual, formas de expresión, comunicación, interacción social y procedencia socioeconómica y cultural, con el objeto de orientar la construcción de los materiales para el aprendizaje autónomo, la acción tutorial y la evaluación de proyectos.

Cambio del discurso pedagógico verticalista, autoritario e impositivo, porque implica un desconocimiento del «otro» y de los «otros», de la comunicación e interacción humana como fuentes de desarrollo personal, del comportamiento ético, socialmente responsable como dinamizador del aprendizaje autónomo, y de la educación integral como práctica de la libertad.

Desarrollo del aprendizaje autónomo, significativo y colaborativo, mediante la utilización de múltiples estrategias y formatos de aprendizaje que superen los límites territoriales de las comunidades locales, regionales y nacionales, para atender diversas poblaciones, etnias y culturas en diferentes contextos, mediante el uso pedagógico y didáctico intensivo, pero no exclusivo de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, para enriquecer los aprendizajes con base en la argumentación y fortalecer la cultura de la innovación y el emprendimiento.

Transformación cualitativa de la interacción entre la universidad y la comunidad local, regional, nacional e internacional con una nueva orientación, a partir de una concepción clara y comprehensiva del desarrollo regional y del entorno nacional y global, una voluntad libre y una decisión autónoma, para la apertura hacia los entornos geopolíticos y socio-culturales, no sólo con el fin de obtener mayores recursos, sino para generar cambios cualitativos que, respondan a innovaciones pedagógicas y sociales, de tal manera que se mantenga el equilibrio entre la dinámica interna de la universidad y la demanda externa de la comunidad, para que su acción se abra a nuevas personas y grupos diferentes, los cuales sin ser docentes o estudiantes formales, puedan desarrollar las competencias y el liderazgo social, mediante programas pertinentes, que colocan a las comunidades en capacidad de generar, aumentar y sostener su producto y la riqueza social global, para la satisfacción de las necesidades fundamentales de toda la población.

Respeto por la sostenibilidad de los ecosistemas, las identidades culturales y el derecho a la diferencia, a la vida digna y plena, a la paz y a la seguridad integral.
Cambio en el paradigma de la investigación universitaria, para que en vez de ser generada desde la institución únicamente, surja desde las comunidades educativas, nacionales e internacionales, promoviendo la cultura investigativa, para dinamizar el pensamiento crítico y autónomo que permita la apropiación de los saberes existentes y la construcción creativa de nuevos conocimientos, mediante la desmitificación de la investigación y el uso de nuevos enfoques de gestión del conocimiento.

Consolidación de un sistema de formación de formadores para el desarrollo profesional y de actualización permanente de los docentes-tutores, para que estos no sólo conceptualicen, apliquen y experimenten los conocimientos relacionados con la práctica pedagógica de los saberes específicos, en la multiculturalidad, sino para que cumplan a cabalidad en forma articulada e integral las funciones de investigación, docencia y proyección social universitaria de acuerdo con las esencias misionales.

Fomento de las capacidades de dirección y liderazgo de todos los colaboradores de la UNAD, fortaleciendo el desarrollo de competencias como servidores públicos y líderes de sello unadista y apoyando su formación continua.
Construcción de la megauniversidad, en el contexto de las megatendencias, con visión prospectiva, y capacidad investigativa, inteligente, dialógica, abierta y flexible, que responda proactivamente en forma idónea, ética, pedagógica y socialmente responsable a los problemas de cobertura con calidad y fomente la equidad, la inclusión social y la formación a lo largo de la vida.

Tales acciones se mueven por intereses prácticos y emancipatorios y responden a necesidades fundamentales axiológicas, a valores culturales de cooperación, solidaridad, equidad, autonomía y dignidad, orientados hacia un cambio innovador y radical, en el contexto de la dinámica del progreso humano. Como compromisos signan la calidad de la interacción entre la institución universitaria y el entorno social, son el hilo conductor del quehacer institucional y deben reflejarse en su balance social.

En tal proceso se hace necesario reiterar la dignificación del trabajo humano, la valoración de la interacción social y el cultivo del lenguaje simbólico, así como de aquellos valores que constituyen recursos no convencionales, tales como la creatividad, la participación, la solidaridad, la cooperación, la ayuda mutua y la comprensión de los procesos socioeconómicos y culturales que se dan en la comunidad.

De otra parte, en el mundo globalizado, es necesario dinamizar el proceso de transformación de los tiempos, los espacios y las relaciones, para dar respuesta al desafío de la apertura externa del comercio internacional expresada en la competitividad y, al de la apertura interna generada en la descentralización de los diferentes entes territoriales, como actores protagónicos de su propio desarrollo.

En tales escenarios, juegan múltiples actores, con múltiples comprensiones y responsabilidades sustantivas compartidas, tales como el estado y las políticas públicas, los grandes empresarios y los productores organizados, las unidades productivas y las instituciones educativas, los sectores económicos y financieros, los centros de desarrollo científico y tecnológico, los pequeños y medianos empresarios, las organizaciones de base popular, comunitaria y solidaria, en los múltiples contextos locales, regionales y globales.

En el contexto anterior, la UNAD ha sido la inspiradora de la propuesta de ampliar las responsabilidades sustantivas de la universidad, lo que significa entre otras cosas, reconocer que el mundo en el que estamos de grandes brechas de conocimiento, tecnológicas, de comunicación, de política, de cultura, exige una nueva visión de las situaciones que las generan y del aporte de la universidad a su comprensión y explicación profunda, para darle sentido a su planificación y a su misma existencia. Así, en el momento de rendir cuentas a la sociedad debe responder por tres nuevas responsabilidades misionales sustantivas (ver Figura 1), como concreción real de su discurso en las prácticas que desarrolla.

Figura 1. Responsabilidades Sustantivas de la Universidad
Fuente: Ramón, M. & Vidal, E. (2007). Balance Social UNAD 2004-2007
De este modo, emergen-además de las responsabilidades tradicionales de formación, investigación y proyección social-, como nuevas responsabilidades sustantivas:
  • La internacionalización
  • La inclusión, la cooperación y la participación
  • La innovación

Por su parte, la internacionalización reconoce a la universidad en el escenario de integración mundial, que indudablemente toca a las universidades colombianas y coincide con las transformaciones mundiales de la educación superior.

Para la UNAD, la internacionalización es ahora otra función sustantiva de la Universidad, que busca contribuir al derecho a la educación para todos y todas, al brindar oportunidades de formación dado el carácter transterritorial y transfronterizo de la educación abierta y a distancia, de tal manera que empieza a ser una función inseparable de su identidad y cultura.En este sentido, la internacionalización como soporte fundamental de la consolidación de la UNAD como megauniversidad, abarca varios aspectos, tales como:

  • La internacionalización del currículo que busca preparar estudiantes para su realización, profesional y social, en un contexto internacional.
  • Fortalecer la propia identidad cultural y el manejo de la inter y la multiculturalidad.
  • Contribuir a la generación de nuevos conocimientos en un entorno global, con proyectos y grupos de investigación en interacción armónica en las comunidades locales y globales.
  • La articulación con otras instituciones de educación superior, sectores, organismos gubernamentales y asociaciones ciudadanas internacionales, con movilidad internacional de los miembros de la comunidad educativa.

La inclusión, la participación y la cooperación como nueva responsabilidad misional de la universidad, en respuesta a la necesidad imperiosa de crear estrategias para orientar la acción universitaria hacia una población objetivo amplia, y para superar las inequidades generadas por la globalización, pero también para aprovechar las oportunidades y beneficios que ella ofrece. En este sentido, la UNAD debe generar estrategias de participación, que coadyuven a la autodeterminación de las comunidades, a la reconstrucción del tejido social, al desarrollo de escenarios productivos y, al uso y distribución ética del poder local. Es decir, al logro de una amplia participación ciudadana donde el ser humano actúe, consecuentemente, como sujeto ético social, político y productivo, participante.

La cooperación como parte integrante de las misiones institucionales de los establecimientos y sistemas de educación superior, que en coordinación amplia con las organizaciones intergubernamentales, los organismos donantes y las organizaciones no gubernamentales deberán ampliar su acción para desarrollar proyectos de cooperación interinstitucional en particular, mediante el hermanamiento de instituciones basado en la solidaridad y la asociación, con el objeto de acortar la distancia que separa a países ricos de países menos adelantados en los ámbitos cruciales de la producción y aplicación de los conocimientos. (Conferencia Mundial de la Educación Superior, UNESCO, 1998).

La innovación tecnológica como nueva responsabilidad sustantiva de la UNAD, se contextualiza en la «sociedad del conocimiento»; tiene que ver con la responsabilidad de la universidad para contribuir a cerrar la «brecha o división digital»(2) y con el nuevo impulso a las tecnologías en sentido amplio (biotecnología, nanotecnología) en las que el sector de educación superior debe y puede incursionar dada su capacidad de emprendimiento y creatividad, reconocida en múltiples contextos.

Los vertiginosos avances e innovaciones de las tecnologías de la información y de la comunicación ofrecen enormes posibilidades para promover la democratización del conocimiento. Sin embargo, una de las preocupaciones es que los «info-pobres»tienen menos posibilidades de acceso a la tecnología de las que tienen los «info-ricos», como poseer computadores, poder cambiarlos regularmente, estar conectados a Internet, tener fax, teléfonos móviles, multimedia, televisión, vídeo.

De este modo, una de las principales misiones que enfrentan las universidades de hoy, cuando su población objetivo ha dejado ser únicamente aquella que egresa de la educación media y ha pasado a ser aquella que cubre la educación para todos y a lo largo de la vida, es cómo poner dichas tecnologías al servicio del saber y del desarrollo de competencias para los excluidos y pobres que no tienen acceso a ellas. Aquí, la cooperación universidad-Estado-sociedad civil-sector productivo, es definitiva.

De otra parte, los especialistas afirman que en el siglo XXI todas las previsiones apuntan a que la biotecnología será el sector clave para mejorar la competitividad de las economías avanzadas. Se espera que el 25% de la transformación industrial futura esté causado por el impacto de la biotecnología, en general, y de la genómica, en particular, lo que provoca que la investigación en este sector se considere como prioritaria y estratégica para el futuro.

En esta perspectiva, la pregunta por la capacidad de la Universidad Colombiana para contribuir con el desarrollo de la biotecnología, urge de respuestas concretas. La UNAD por su parte, tiene las mayores potencialidades académicas e investigativas para efectuar desarrollos significativos en esta materia, no solo por la ventaja geoestratégica que le significa estar en todo el territorio colombiano para conocer en mayor profundidad nuestra gran biodiversidad, sino porque posee la oferta académica, la red de laboratorios, particularmente el laboratorio en citogenética y la tradición investigativa en este campo, que permite tener esperanzas razonables acerca de nuestra contribución en la materia.

Los cambios brevemente descritos en los párrafos anteriores, afianzan el ideal del Proyecto Universitario Unadista. Como proyecto en constante construcción, la actualización del Proyecto Académico Pedagógico (PAP) que se presenta en este documento es una respuesta clara, efectiva y anticipatoria frente a sus deberes y responsabilidades como organización de Educación Superior en la modalidad abierta y a distancia.

Según el Ministerio de Educación Nacional de Colombia (Ley 115/94), el Proyecto Educativo Institucional es el proceso de reflexión y enunciación que realiza una comunidad educativa, orientado a explicitar la intencionalidad pedagógica, la concepción de la relación entre el individuo y la sociedad, la concepción de educación y el modelo de comunicación en el que se sustenta.

Otra idea del Ministerio de Educación Nacional considera el Proyecto Educativo como un proceso permanente de desarrollo humano e institucional, asumido como una investigación y construcción colectiva del ser y del quehacer de la comunidad educativa.

De este modo el proyecto universitario debe tener una intencionalidad (teleología) y una fundamentación (conceptualización y argumentación) acerca de la persona humana, la sociedad, la educación, la comunicación, el desarrollo humano e institucional, el conocimiento y la investigación, la participación y la comunidad.

En este marco, nuestro ideal de Proyecto Universitario sugiere visión, prospectiva, realidad posible, capacidad, impulso y caminos; constituye un estímulo motivador para seguir construyendo respuestas y anticipándose a las necesidades por satisfacer e ideales por alcanzar.

Nuestro proyecto universitario expresa así una dimensión de futuro en diferentes situaciones y escenarios que asumimos como retos, desafíos y oportunidades para construir nuevas alternativas mediante el espacio de diálogo y reflexión que ofrece, con la intencionalidad de:

  • Consolidar una comunidad universitaria con base en nuestro marco axiológico, anteponiendo el desarrollo de las personas al de las cosas.
  • Robustecer nuestra comunidad académica para que sea en efecto participativa deliberante, creativa y capaz de orientar los cambios que se requieren tanto interna como externamente.
  • Promover la nueva organización y un desarrollo institucional creativo y armónico.
  • Crear ambientes propios para el aprendizaje significativo y autónomo, rebosante de amor y respeto por todas las formas de vida.
  • Transformar las relaciones y las prácticas pedagógicas para que seamos capaces de actuar en ambientes de aprendizaje inéditos que enaltezcan por sobre todo las virtudes humanas y la espiritualidad como condición de éxito de un desempeño profesional y laboral ético, por encima de cualquier determinismo tecnológico.
  • Fortalecer una cultura del conocimiento y de la investigación en el contexto del desarrollo regional y la proyección comunitaria.
  • Caracterizar las exigencias pedagógicas, tecnológicas, sociales y humanísticas de la modalidad abierta y a distancia, para definir el perfil del estudiante unadista como el de un líder comunitario, ético y solidario, formado bajo estándares de calidad nacional e internacional, comprometido con el desarrollo de su región y con las más altas competencias cognitivas, socio-afectivas, interlingüales, interculturales, científicas, tecnológicas e investigativas.
  • Crear las condiciones para una sociedad posconflicto a través de unas prácticas pedagógicas para la convivencia pacífica.
  • Acentuar nuestra identidad y liderazgo en el campo de La educación abierta, a distancia y en ambientes virtuales para imprimirle sentido a nuestra acción cotidiana.
  • Interactuar en suma positiva con las comunidades, armonizando el avance del conocimiento y de la tecnología con el respeto por las tradiciones, la cultura y el saber ancestral.
  • Hacer presencia pública nacional e internacional, en primera instancia, allí donde se encuentre un colombiano que necesite educación y en segunda, allí donde nuestro carácter transterritorial y transfronterizo nos demande el servicio para poblaciones marginales tradicionalmente sin capacidad de acceso a la educación superior.

De este modo, el nuevo Proyecto Académico Pedagógico Solidario actualiza nuestra carta de navegación (PAP anterior), incorporando los elementos del Sistema Nacional de Formación para la Solidaridad (SISNES) y el documento Pensamiento, Liderazgo y Acción Unadista (PLAU), últimos legados de nuestro maestro el Dr. Miguel Antonio Ramón Martínez.

El PAP Solidario se estructura así en seis componentes articulados e interdependientes como se observa en la Figura 2 y que son el objeto de profundización de los siguientes capítulos.

Figura 2. Componentes del PAP Solidario

 

 

Fuente: Ramón, M. (2008). Pensamiento, Liderazgo y Acción Unadista
El PAP Solidario integra las seis responsabilidades sustantivas: la Investigación, la formación como acción pedagógica sistemática, el Desarrollo Regional y la Proyección comunitaria, la inclusión, la innovación tecnológica y la internacionalización, como se ha mencionado en las páginas anteriores. En esta triada juega un papel fundamental la investigación en sus diferentes formas (formativa, disciplinar, interdisciplinar…), en articulación con la acción pedagógica sistemática y la proyección social de la Universidad.

 

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2 La «desigualdad o brecha digital» (ver gráfico 2) divide a la humanidad entre los que tienen acceso a las tecnologías de la información y comunicación (TIC) sólo el 13.2% de la población mundial y quienes no lo tienen. El 80% de la población mundial ni siquiera tiene acceso a las telecomunicaciones básicas. Como se observa en la gráfica, de los usuarios de internet, el 75% pertenece a Estados Unidos, Europa y Japón y, apenas un 25%, al resto del mundo. Ver: http://www.sims.berkeley.edu:8000/research/projects/how-much-info-2003/