Lección 10.2: Hacia un desarrollo alternativo

Icono IDevice Hacia un desarrollo alternativo

La realidad que se ha vivido y que se vive en América Latina, enseña que los intentos de implantar modelos de desarrollo descontextualizados de la dinámica cultural de nuestros pueblos han fracasado. Por ejemplo, el llamado neoliberalismo monetarista ha demostrado su fracaso, a través de las crisis que afectan a la sociedad global y especialmente a los sectores populares, concretamente a la fuerza laboral, debido a los problemas estructurales inherentes a este modelo, tales como los siguientes:


El desempleo crónico y creciente, que perturba a las personas, no solamente por la carencia de medios para la supervivencia sino por la crisis que tal situación genera en el núcleo familiar y en las relaciones afectivas, psicológicas y sociales, hasta el punto de provocar un lento y agónico proceso de muerte, debido a la inactividad, la frustración y la pérdida de autoestima como dice Max – Neef (1986).

La deuda externa y el proceso de inflación galopante, que a su vez es responsable de las patologías o enfermedades colectivas; pues por culpa de éste las naciones deudoras sufren grandes penurias en el contexto de las relaciones internacionales de dependencia, con lo cual se pierde el principio ético de que la economía está para servir a las personas y no las personas para servir al poder económico.

La intolerancia política e ideológica, que está provocando una perturbación cultural, por las confrontaciones entre los grandes poderes, responsables de las patologías o enfermedades colectivas que se expresan en el miedo, la violencia, el aislamiento, la marginación y la frustración creciente; patologías éstas que impiden la realización de proyectos de vida que respondan a las necesidades fundamentales y a la dignidad de la persona y de la comunidad.

La imposibilidad de un diálogo fecundo, articulado e integrado, entre las diferentes áreas del conocimiento que contribuya a la auto conservación del hombre como individuo y como especie y a la trascendencia de la realidad para abordar el diseño de soluciones apropiadas y pertinentes a las patologías colectivas.
La ausencia de un diálogo fecundo entre las diferentes áreas del saber está afectando la integración de la teoría con la práctica en todos los niveles educativos, lo mismo que la formación de las personas y de los grupos humanos, pues se está jugando con una educación descontextualizada, sin relevancia social, sin significación intelectual y sin pertinencia cultural.

Muchos agentes educativos desconocen las fuentes originarias del saber y por lo tanto, no saben cuáles son las fuentes generadoras de objetivos y de actividades de aprendizaje, para contribuir al desarrollo de los recursos humanos y al cambio de las organizaciones sociales, económicas y culturales.

En consecuencia, acuden a discursos retóricos sin sentido de realidad, sin pertinencia social y carentes de utilidad para mejorar los procesos fundamentales del trabajo socialmente organizado, del lenguaje y de la interacción social.

Dentro de esta perspectiva, ¿de qué sirve hablar de la dignificación del trabajador y de la humanización del trabajo? Y, ¿de qué sirve hablar de democracia real y participativa, si se desconocen los fundamentos que le imprimen un nuevo sentido y dirección a la acción educativa y pedagógica en la formación de dirigentes?