Lección 10.3: Reflexión acerca del desarrollo

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¿Qué significado se le puede asignar al término desarrollo?

El desarrollo no se puede reducir a una simple idea ni aprisionar en una definición teórica, porque él se fundamenta en una imagen viva, en una experiencia y situación vital, de la cual los seres vivos de la naturaleza (plantas y animales) ofrecen claros ejemplos, pues para su desarrollo normal requieren condiciones orgánicas y ambientales acordes con sus propiedades. Por ejemplo, necesitan tierra, agua, luz, abonos, cuidados, protección, atención permanente, consagración y dedicación para que produzcan los frutos esperados por el hombre.

Si tal situación acontece en los seres vivos de la naturaleza, en las personas es más exigente, por la complejidad de sus características, no sólo psicológicas, socioculturales y espirituales, sino por la necesidad que tienen de trascender su propia existencia histórica. Entonces, ¿qué decir de la multitud de seres humanos sin tierra, sin trabajo, sin techo ni servicios públicos, sin protección ni seguridad, sin oportunidades de educación, de trabajo y de progreso humano?

Dentro de esta perspectiva, la educación juega un papel importante en el desarrollo y perfección del hombre, en la medida en que contribuya a la realización de sus necesidades fundamentales, a las motivaciones, expectativas y a la inmadurez espiritual en la toma de decisiones autónomas.

La perfección del hombre no se logra solamente mediante la acumulación o goce de bienes materiales, ni con la adquisición de conocimientos, o con el desarrollo de destrezas mecánicas, sino combinando lo mental con lo manual, lo económico, con lo social, lo material con lo espiritual, lo vital con lo axiológico y la educación con la práctica de la vida cotidiana.

Es decir, desarrollo no es mero crecimiento económico ni consumismo de bienes, y educación no sólo es información, transmisión o acumulación de conocimientos descontextualizados; pues la educación y el desarrollo son procesos, tanto personales como socioculturales, que se deben realizar en forma integral y articulada, sin perder la visión de conjunto, dentro de las estrategias de las políticas globales.

Con el fin de ampliar la reflexión sobre el desarrollo alternativo, a continuación se analiza la propuesta de que el Tercer Mundo y concretamente América Latina, presenta a los llamados países desarrollados e industrializados, a través del pensamiento de los economistas descalzos representados en Manfred Max - Neff, premio Nobel de la economía alternativa. Esta propuesta no es un modelo de desarrollo sino una opción para ser construida entre todos los hombres de buena voluntad y las organizaciones de trabajadores que desean y aspiran un futuro mejor.

Ideas centrales para un desarrollo alternativo.

La idea central de Max - Neef, gira alrededor de tres aspectos fundamentales, que apuntan hacia un desarrollo alternativo a escala humana: la satisfacción y realización de las necesidades fundamentales de la persona y la comunidad, la integración de las articulaciones orgánicas y la promoción de un desarrollo auto dependiente.

Sistema histórico de necesidades fundamentales.

Las necesidades fundamentales de la persona y de la comunidad, revelan de la manera más apremiante el ser del hombre como individuo y como especie, pues ellas expresan no solamente una carencia sino una potencia y una voluntad por satisfacerlas. Ahora bien, la tensión o conflicto entre estos aspectos, dinamiza el proceso de expresión y de realización de las mismas, en forma continua y renovada.

Tales necesidades conforman un sistema histórico; es decir, un todo articulado, único y dinámico que responde a categorías axiológicas y existenciales. Las necesidades axiológicas, se refieren a los valores esenciales de la existencia humana, tales como el valor de la vida (supervivencia - convivencia), del amor (afectividad y sensibilidad social), la protección y la seguridad integral, el entendimiento, la participación, el ocio, la creatividad, la identidad, la libertad y la trascendencia. Las necesidades existenciales. Se relacionan con aquello que las personas y los grupos quieren y pueden ser, hacer, tener y estar.

Con la clasificación anterior Max - Neef está indicando que las necesidades fundamentales del hombre son finitas, limitadas y clasificables, y que las características del proceso dinámico de satisfacción de las mismas, tienen que ver con la simultaneidad, la complementariedad y la compensación.

Igualmente está indicando que tales necesidades se realizan en el ámbito intrahumano (relación con uno mismo), en el interhumano (relación con el grupo) y extrahumano (relación con el medio ambiente), en tiempos, lugares y circunstancias históricamente determinadas.

La definición y clasificación anterior, permite distinguir las necesidades de los satisfactores y de los medios o artefactos para satisfacerlos pues comúnmente, se confunden las necesidades con los satisfactores, ver tabla del primer capítulo. Estos se entienden como el modo por el cual se expresan las necesidades y se contribuye a su realización; es decir, a su satisfacción y a la vez, al desarrollo de la potencialidad y de la voluntad inherente a las mismas. Los bienes y artefactos vienen a ser, en sentido estricto, el medio a través del cual se potencian y se realizan los satisfactores.

En consecuencia, los satisfactores incluyen formas de organización social, estructuras políticas y económicas, prácticas sociales y condiciones subjetivas, normas y valores, comportamientos y actitudes, todo esto dentro de un proceso dialéctico de tensión permanente entre consolidación y cambio. Dentro de esta dinámica se entiende el cambio cultural, el cual consiste en abandonar unos satisfactores tradicionales para remplazarlos por otros nuevos.

En la perspectiva anterior, se entiende que las necesidades fundamentales son atributos esenciales que se relacionan con la evolución de la especie humana, y los satisfactores, también se modifican al ritmo de las coyunturas históricas y se diversifican de acuerdo con las culturas y los diversos estratos sociales.

  • Interacción de articulaciones orgánicas

La integración de las articulaciones orgánicas, se refiere a la interacción armónica que se debe establecer entre el hombre, la naturaleza y la tecnología, lo mismo que a las distintas articulaciones tanto horizontales como verticales de los procesos globales de carácter macro social con los comportamientos locales o micro sociales. Por ejemplo, la articulación entre la familia como núcleo de la organización social y la sociedad global; la empresa familiar o cooperativa como núcleo productivo y la economía nacional; el municipio como célula de la democracia local y el Estado como representante de la sociedad civil; la comunidad como fuente de sabiduría popular y la universidad, como espacio específico de la cultura y fuente generadora del saber metódico, de la ciencia y la tecnología.

De igual manera, se debe tener en cuenta la articulación de lo personal con lo social, de la planificación con la libertad y de la sociedad civil con el Estado, de tal manera que se logre la conversión del hombre - objeto en persona - sujeto como protagonista de su propia autoconstrucción.

La promoción del protagonismo de las personas y de los grupos, exige e implica la creación de espacios de participación popular y ámbitos de interacción afectiva y formativa, creativa y productiva, crítica y recreativa, que privilegien tanto la diversidad como la autonomía, la democracia política y la participación social; así como la desconcentración económica, la descentralización político - administrativa y el desarrollo de la autonomía creciente de los diversos grupos sociales.

Tales espacios y ámbitos deben servir para articular los movimientos sociales y las identidades culturales con estrategias de participación comunitaria, para complementar las propuestas políticas del Estado con las perspectivas de los actores sociales, con énfasis en una democracia de la cotidianidad, sin olvidar la democracia política, para rescatar el significado y el sentido de las dimensiones moleculares de la sociedad (familia, empresa, comunidad y municipio).

Las reflexiones anteriores invitan a pensar el desarrollo humano desde una nueva prospectiva y con un nuevo enfoque, que permita construir una nueva historia, sin desconocer los factores que la hacen posible y la complejidad creciente de la sociedad en la cual crece y se desarrolla nuestra personalidad, con énfasis en la práctica de la libertad sin confundir: "la ley con la justicia, la reglamentación con la eficiencia, la generosidad con la limosna, la participación con la reivindicación concedida". (Max - Neef, 1986).

  • Promoción del desarrollo auto dependiente

La promoción de un desarrollo auto dependiente, exige e implica desarrollar la conciencia popular, a partir de la praxis; es decir, del proceso de acción -reflexión -acción sobre las condiciones concretas en las cuales se desenvuelven losgrupos humanos y las dimensiones moleculares de la sociedad. Tales dimensiones deben articularse y orientarse hacia un desarrollo auto dependiente, sostenido y sustentable, integral e integrado, capaz de responder al sistema histórico de necesidades de la persona y la comunidad aspectos explicados anteriormente.

La auto dependencia se concibe en función de una interdependencia horizontal entre comunidades locales, unidades productivas, regiones geopolíticas, sociales y culturas sin relaciones autoritarias ni condicionamientos unidireccionales, que sea capaz de combinar los objetivos de crecimiento económico con los de justicia social, solidaridad, fraternidad, libertad, desarrollo personal y equidad social.

En este orden de ideas, la auto dependencia se entiende como un proceso capaz de fomentar la participación en las decisiones, la creatividad social, la autonomía política, la justa distribución de la riqueza y la tolerancia frente a la diversidad de identidades; la auto dependencia constituye un elemento decisivo en la articulación de los seres humanos con la naturaleza y la tecnología, de lo personal con lo social, de lo micro con lo macro, de la autonomía con la planificación y de la sociedad civil con el Estado. (Max - Neef, 1986: 57).

  • Valor cultural del trabajo humano

Dentro del concepto amplio de desarrollo auto dependiente, el trabajo humano adquiere un valor singular, no tanto como factor productivo sino como generador de recursos inmateriales, inclusive de otros recursos que no se reducen a la acción meramente instrumental ni a la rentabilidad económica, sino que va más allá de los recursos convencionales como el dinero, la producción de mercancías y la generación de plusvalía.

En otras palabras, el trabajo humano adquiere la categoría de generador de recursos no convencionales; es decir, de aquellos que no se agotan cuando se utilizan sino que se multiplican e incrementan, tales como: la conciencia social, la cultura organizativa y la capacidad de autogestión, la creatividad popular y la participación comunitaria, la energía solidaria y la capacidad de ayuda mutua, el conocimiento técnico y la capacidad de movilizar el poder laboral para generar nuevas formas de organización e interpretación de la realidad. Recordemos el valor pedagógico e histórico del trabajo analizado en la Primera Parte.

  • Significado del lenguaje simbólico

De igual manera, el lenguaje recupera su significación y sentido, no sólo como la representación y el producto de una cultura, sino como una mediación dinámica entre la realidad y el pensamiento, con el cual se enriquecen las posibilidades de interpretación y transformación de la realidad, así como la producción de sentido.

Con la recuperación del valor y del sentido histórico - cultural del lenguaje humano, se supera la visión recortada del lenguaje tecnócrata y economicista que se reduce a cifras frías para relacionarlo solamente con el ingreso y el producto interno bruto, con lo cual se limita la representación y expresión de las realidades humanas de carácter cualitativo. Por esta razón Max - Neef afirma que si el lenguaje es pobre, incompleto e insuficiente, el desarrollo también será pobre, incompleto e insuficiente. Vale la pena analizar los contenidos que manejan los medios de comunicación social y el lenguaje de la cultura popular.
Dentro de la crítica al enfoque reduccionista del lenguaje tecnócrata, por ejemplo, la pobreza se concibe solamente de la medición del ingreso con el cual se trata de medir el desarrollo: el bienestar será una función de los ingresos; la inflación será un ingreso mal generado y el desempleo un ingreso no generado.

El enfoque simplista, restringido y limitado que se utiliza para medir el desarrollo con el único parámetro del ingreso, se aplica también al análisis de la pobreza, refiriéndola solamente a la situación de aquellas personas que pueden clasificarse por debajo de un determinado umbral de ingreso.

Frente a la concepción tradicional de pobreza, Max - Neef propone una reflexión sobre el conjunto de factores que afectan el bienestar social, a partir de la insatisfacción de las necesidades fundamentales. Por lo tanto, se sugiere no hablar de pobreza sino de pobrezas, pues cualquier necesidad no satisfecha adecuadamente, revela pobreza humana y afecta la satisfacción de las demás necesidades y a la vez, aquella es afectada por éstas. Por ejemplo, la pobreza de subsistencia causada por la insuficiencia de alimento, vivienda, vestuario y salud integral, afecta otras necesidades y genera otras patologías tales como a la pobreza de protección, de afecto, de entendimiento, de identidad y libertad, todo lo cual incide en la subsistencia y en la calidad de la existencia humana. Por esta razón, las pobrezas a su vez, generan patologías colectivas y enfermedades sociales, provocadas por la frustración causada a partir de la insatisfacción de las necesidades fundamentales.

  • La economía humana y la participación política

Con el propósito de responder a estas pobrezas absolutas, surge la inquietud de diseñar una nueva economía para un desarrollo alternativo. La nueva economía debe valorar el trabajo humano por encima del capital; fomentar el trabajo asociado y propender por la propiedad comunitaria de los medios de producción, para facilitar la distribución equitativa de los bienes producidos, en el nuevo espíritu económico de la economía solidaria, de tal modo que dinamice un desarrollo a escala humana para mejorar la calidad de vida, mediante la satisfacción de las necesidades fundamentales de la persona, la familia y la comunidad.

Del mismo modo, surge la necesidad de generar nuevas formas de concebir, diseñar y practicar la política, de tal manera que se articule la democracia real con la participación social; teniendo en cuenta el fortalecimiento de las instituciones democráticas.

Lo anterior implica no solamente el desarrollo de la capacidad de la sociedad civil para movilizar y adecuar un orden político participativo, sino la creación por parte del Estado, de nuevos mecanismos capaces de conciliar la participación con la heterogeneidad, mediante formas más activas de representatividad y receptividad en cada una de las instancias públicas.

De esta manera, se trata de profundizar y modernizar la democracia local y de evitar el paternalismo y el intervensionismo externo del Estado, para que éste se modernice y asuma un nuevo rol como dinamizador y promotor de soluciones creativas que surjan de abajo hacia arriba, de tal manera que se recupere el papel protagónico de las dimensiones moleculares de la sociedad, tales como la familia, la comunidad local, la empresa asociativa, la escuela y el municipio.

Los fundamentos anteriores, exigen e implican una nueva reflexión posterior sobre los procesos básicos de trabajo, lenguaje e interacción social, mediante los cuales el hombre ha creado cultura y construido la historia, gracias a la articulación de la acción humana en sus diferentes dimensiones: la acción instrumental, la acción estratégica, la simbólica y la comunicativa.

Mediante la acción pensada y organizada, el hombre ha producido y reproducido las condiciones de vida necesarias para la existencia humana dentro de la dinámica cultural de los pueblos y el desarrollo histórico de las sociedades humanas. En consecuencia es necesario reinterpretar y profundizar el concepto de cultura, para no confundirla con una mera ideología y distinguirla de la civilización, pero integrándolas con el objeto de lograr:

Una mejor comprensión de la cultura, considerada como un proceso de humanización constante, referido a una nueva dimensión superior de autonomía, libertad y plenitud humana, lo mismo que caracterizado por un esfuerzo colectivo para conservar la vida, consolidar la organización productiva de la comunidad, desarrollar el potencial espiritual de las personas y disminuir la agresión, la miseria y la violencia.

Una mejor concepción del significado y sentido concepto de valores, considerados como todos los bienes que merecen ser estimados, apreciados y deseados, porque sirven de principios ético - sociales para orientar la perfección de las personas y de la sociedad, en aquello que éstas aspiran ser, en realidades concretas e históricamente determinadas.
Una mejor comprensión de las disciplinas del saber, para superar el enfoque meramente reduccionista e instrumental de algunas de ellas, de tal modo que se retorne a la humanización mediante el diálogo fecundo e interdisciplinario, que tenga sentido y que aborde la solución de los problemas que afectan a nuestras comunidades y a la sociedad global.

Retomando el pensamiento de Max - Neef, la humanización y la transdiciplinariedad responsables son nuestra respuesta a las problemáticas y son, además, nuestra única defensa. Si no asumimos el desafío, nadie será inocente. Todos seremos cómplices de generar sociedades enfermas. Y no hay que olvidar que... si en el país de los ciegos el tuerto es rey... en las sociedades enfermas son los necrófilos (amigos de la muerte), los que sustentan el poder. (Max - Neef. La economía descalza. Nordan, 1986).

La lectura del texto anterior ha dejado más inquietudes de lo que hasta ahora estamos tratando. En la Universidad es necesario estudiar en profundidad no sólo los temas de la ciencia o de una determinada profesión, sino también los problemas que aquejan a la sociedad.

No es posible evadir o cambiar drásticamente los esquemas en que se ha organizado un grupo humano. Colombia tiene muchos problemas que sus ciudadanos debemos asumir como responsabilidad para mejorar las condiciones de vida de todos. La UNAD dispone de una propuesta que pone en consideración de los miembros de su comunidad académica y son ellos quienes deben ayudar a su realización pero desde el pleno convencimiento y uso irrestricto de la libertad. Debemos buscar muchas alternativas para promover el desarrollo, participar en el ámbito mundial; no como meros consumidores o agentes pasivos; al contrario, como grupo humano que conoce y explota sus fortalezas y que convierte sus situación difícil en oportunidades.

Al continuar con su trabajo, es necesario que escriba claramente su posición y la de su grupo frente al tema. Sienta como propia la propuesta institucional que conocerá con más detalle en la segunda unidad.