Lección 24: Introducción a la Psicología jurídica.

 

 

 

Diseñada por: Jhon Fredy Bustos Ruiz. Zona Sur CCAV Neiva. (2013)

 

La Psicología Jurídica es un campo de acción del psicólogo que día a día va ganando más reconocimiento y más espacios en diferentes escenarios. Con esta lección se espera que los estudiantes de psicología de la UNAD tengan, desde su primer periodo académico, una muy buena idea justamente de esos diversos escenarios en donde se puede ocupar un psicólogo jurídico y los principales roles que se ejercen en esos escenarios. Desde luego, en esta lección lo que se hará será un esbozo general de lo que es la psicología jurídica, a fin de que los estudiantes tengan una aproximación al campo. El proceso de ampliación y profundización en torno a la psicología jurídica será competencia del curso de Intervención Psicosocial en el Contexto Jurídico.

El desarrollo de esta lección los llevará por los aspectos más relevantes de la psicología jurídica, desde la perspectiva del curso de Introducción a la Psicología. Esto significa que los estudiantes se encontrarán con una breve alusión al origen y/o aparición de la psicología jurídica; una exploración básica de cómo se debe entender la psicología jurídica; un panorama de las áreas aplicadas dentro de la psicología jurídica y algunas de las tareas más importantes que desempeñan los psicólogos jurídicos.

Antes de iniciar es importante mencionar que el contenido de esta lección se fundamenta particularmente en el artículo Psicología Jurídica: Quehacer y desarrollo de (Morales y García, 2010) publicado en el N° 2, Volumen 6 de la Revista Diversitas – Perspectivas en psicología.

Origen de la psicología jurídica.

El origen de la Psicología Jurídica no es independiente de la historia de la Psicología en general. Algunos autores sostienen que los primeros intentos de aplicación de la Psicología al campo del Derecho datan de los años 1800 a 1900, en Alemania, donde se propuso aplicar el conocimiento de la Psicología experimental al ámbito legal. En estos años se destacaron los trabajos pioneros de Stern, Bidet y Müstemberg sobre los procesos psicológicos del testimonio (Garrido, 1994). Sin embargo, autores como Codón y Esbec (1994) señalan, refiriendo a Bonnet (1983), que existen antecedentes de esa vinculación entre ley y comportamiento humano desde mucho antes.

Se señala, por ejemplo, un tratado pericial chino del Siglo XIII a.c, que trataba sobre la veracidad del testimonio en casos de homicidio, o bien el Código de Hammurabi; igualmente señalan la Constitutio Criminalis Carolina, de 1532, como el punto de partida de la psicopatología forense, “como disciplina al servicio del Derecho” (p. 51).

Aunque a finales del siglo XIX los psicólogos prestaban servicios clínicos en escenarios correccionales y de atención a delincuentes, éste no fue significativo hasta después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la Psicología Clínica se posicionó tanto como práctica, como profesión (Otto & Heilbrun, 2002). Entre los años 1940 y 1950 se reconoció la Psicología como una ciencia importante en el campo jurídico probatorio (en las áreas penal y civil) y los psicólogos empezaron a testificar regularmente en el sistema de justicia (Soria, 1998).

En resumen, a pesar de diferentes evidencias históricas del interés por establecer un vínculo entre el ejercicio de la psicología y el ámbito del derecho sólo se puede ubicar el origen sólido de la psicología jurídica en las décadas del 40 y 50 del siglo XX.

Conceptualización de la Psicología Jurídica.

El concepto de Psicología Jurídica se ha utiliza do en algunos contextos como sinónimo de otros términos tales como Psicología Legal, Psicología Forense y Psicología Criminológica. En la actualidad, el desarrollo histórico y conceptual de esta área permite realizar algunas precisiones sobre la definición y distinción de unos y otros conceptos. (Morales y Quintero, 2010; p. 237)

Por lo menos en el contexto latinoamericano, al margen de los problemas de la traducción de términos, la psicología forense es apenas un área de aplicación de la psicología jurídica. En tanto la psicología jurídica se ocupa en términos generales de las relaciones entre la psicología y el derecho, la psicología forense se ubica de manera particular en lo relativo al valor probatorio del testimonio.

En América Latina, la definición de la Psicología Jurídica ha ido en la misma línea. Por ejemplo, en Colombia, Beltrán y Vargas (1993) la entienden como la encargada de los problemas relacionados con el comportamiento humano y que surgen en el sistema jurídico legal (policía, juzgados, tribunales, correccionales para infractores e instituciones carcelarias y penitenciarias, etc.). Hoyos (1999) la ha definido como la Psicología aplicada en el campo del Derecho, que le ofrece al psicólogo un campo de acción interdisciplinario y que le permite asumir su ejercicio, utilizando los instrumentos que le son propios en armonía con elementos ofrecidos por el campo jurídico, como son las actuaciones judiciales y extrajudiciales, el medio carcelario y el conjunto de individuos sujetos de obligación o derecho que los hacen valer.

Por su parte, Miguel Clemente conceptualizó esta rama de la Psicología como el estudio de las personas y de los grupos, en cuanto tienen la necesidad de desenvolverse dentro de ambientes regulados jurídicamente, así como de la evolución de dichas regulaciones jurídicas o leyes en cuanto los grupos sociales se desenvuelven en ellos (1989, p. 25).

Aunque se pueden percibir algunas diferencias en estos conceptos lo interesante es que se pueden identificar claros puntos de confluencia. El primero es que se identifica la importancia del quehacer del psicólogo en el ámbito de las relaciones jurídicas. En segundo lugar se ubica a  los sujetos, sujetos de derecho, como el centro de la labor del psicólogo jurídico. Y tercero, en cualquier circunstancia, el sentido de la psicología jurídica y del ejercicio profesional del psicólogo jurídico es el de aportar desde el conocimiento y técnicas de la psicología al mejor ejercicio del derecho y principalmente de la justicia.

Áreas de la Psicología Jurídica.  

Se pasa ahora al reconocimiento de las áreas de la psicología jurídica. Como se tendrá oportunidad de ver son varias estas áreas, lo que da cuenta de un amplio rango de acción y un amplio espacio profesional para el psicólogo jurídico.

a) Área de criminología: estudia el comportamiento antisocial y delictivo. En este sentido son de interés los procesos y variables implicadas en el inicio, mantenimiento y desistimiento de la conducta delictiva.

b) Área correccional, penitenciaria y de prevención en el ámbito de menores y adultos: esta área está directamente relacionada con el ámbito criminológico, sin embargo, se le puede contemplar como un área de trabajo distinta, en la medida en que se encarga de los esfuerzos específicos de intervención sobre el comportamiento delictivo. Este apartado incluye todos aquellos esfuerzos de control social informal y formal, dirigidos a la reducción del comportamiento delictivo, por ejemplo, los programas de prevención e intervención dirigidos tanto a menores como a adultos, a individuos y a grupos, a instituciones y a comunidades.

c) Área de victimología  o de las víctimas: esta área se encarga del estudio de las personas que han sido sujetos pasivos del delito. Interesan aquí la identificación de factores de riesgo y protectores asociados con la victimización, la prevención de la victimización, así como la reducción de las secuelas producto de la comisión del delito. Además, esta área se preocupa por la victimización causada por el aparato de justicia y por su prevención.

d) Área del Testimonio: en esta área, la Psicología se encarga de identificar las variables relacionadas con la validez y fiabilidad de los testimonios de víctimas y testigos, el proceso de toma de decisión de operadores y administradores de justicia, así como de los factores implicados en las tomas de declaraciones y de interrogatorios judiciales.

e) Área Forense: aunque generalmente se toma el concepto de forense como sinónimo de jurídica, tal como se ha señalado antes, este último es más amplio y genérico, mientras el término forense está circunscrito en especial, en el idioma español, a las funciones de evaluación con valor probatorio. En este sentido, la Psicología Forense se refiere a la valoración y aporte de pruebas respecto al comportamiento de un sujeto de interés para la toma de decisiones en el sistema legal. Así, la Psicología actúa como experta en casos que requieren de su competencia en el estudio del comportamiento humano.

f) Área Normativa o de Atribución: es la menos citada de las áreas, aunque es de por sí la columna vertebral de la Psicología Jurídica, ya que contempla el estudio del comportamiento humano en el marco de la normativa jurídica y, a su vez, del comportamiento en respuesta a las normas establecidas o por establecerse.

g) Área Civil: se refiere al estudio del comportamiento en procesos del área del Derecho Civil.

Funciones del Psicólogo Jurídico.

Es muy importante que se vislumbre de manera concreta el quehacer del psicólogo jurídico, más allá del área de desempeño en la que se ubique. Por esta razón se presentan a continuación algunas de las más importantes tareas que le corresponden al psicólogo jurídico. 

  1. Comprender, explicar y desarrollar modelos teóricos. Esta función se refiere a la conceptualización y desarrollo de modelos teóricos basados en la evidencia científica, que permiten comprender y explicar el comportamiento humano dentro del contexto jurídico. El desarrollo de modelos teóricos es lo que alimenta y da validez a las actuaciones del psicólogo jurídico en los diferentes ámbitos.
  2. Evaluar y realizar diagnósticos. Desarrollo de instrumentos de evaluación, de técnicas y de procedimientos de peritaje (como auxiliares de justicia y como generadores de conocimiento). Esta área corresponde a la Psicología Forense, propiamente dicha. En este sentido es muy importante destacar la función del peritaje; el cual se refiere a la evaluación rigurosa de un sujeto en sus diferentes aspectos psicológicos. Recuérdese que el peritaje psicológico puede ser determinante para que un juez decida sobre la imputabilidad o inimputabilidad de un sujeto respecto de una conducta punible. Por ejemplo, un peritaje psicológico puede dar indicios sobre si se le deben o no imputar cargos a un sujeto que cometió un homicidio; pero que la defensa alega problemas mentales. 
  3. Realizar consultorías y asesorías. Con base en el conocimiento disciplinar de la Psicología se aporta información útil en el proceso de toma de decisiones importantes en el contexto legal. Sin tener carácter probatorio, ya que esto sería competencia exclusiva de la Psicología Forense.
  4. Diseñar, desarrollar, validar, aplicar, dar seguimiento y evaluar programas de prevención e intervención. Dirigidos a las víctimas para reducir el daño sufrido por el delito, a los agresores para disminuir su probabilidad de reincidencia y a la sociedad en general para prevenir los fenómenos delictivos y victimológicos.
  5. Realizar perfiles. Se realiza la descripción y la predicción del comportamiento de poblaciones forenses (delincuentes, víctimas, operadores de justicia, etc.). A través de esta labor es que se hace posible prever, a partir de determinados rasgos psicológicos y de eventuales pruebas, señalar la posibilidad de que un sujeto incurra en determinados ilícitos. Por ejemplo, hoy día ya se ha avanzado mucho, aunque no lo suficiente, en el perfil de los asesinos en serie, sociópatas, neonaticidas, entre otros.
  6. Investigar. Se refiere a la búsqueda de evidencia y generación de conocimiento respecto a las relaciones entre Psicología y ley, así como de su quehacer.
  7. Diseñar, evaluar, dar seguimiento, modificar, analizar y promover (papel disuasorio) políticas públicas. En este sentido, la Psicología opera como fundamento de la ley, con el fin de coadyuvar en el desarrollo de una administración y procuración de justicia equitativa, y en la construcción de sociedades menos violentas y más justas.
  8. Desarrollar estrategias, participación activa y seguimiento de procesos de mediación. Se busca la mejora y la promoción de estrategias que contribuyan al desarrollo de sociedades más hábiles en la resolución pacífica de conflictos.
  9. Participar en la selección y capacitación de personal en el sistema legal. Se contribuye en estos procesos con el objeto de que quienes laboren en la administración y procuración de justicia sean personas idóneas y con capacidades acordes con sus funciones y con el objetivo último de contar con un sistema legal justo y equitativo.

Ya para cerrar esta lección resulta válido mencionar que la psicología jurídica es quizás uno de los campos de acción de la psicología más complejos e interesantes; como también un campo de acción que le puede grandes aportes al desarrollo de la justicia.

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