Psicología sistémica

Parte de la teoría general de los sistemas, la cual tiene como enunciado básico que para comprender el comportamiento del ser humano, no es suficiente conocer las causas de la conducta individual, ya que la realidad humana es más compleja y funciona incluido el hombre como un sistema abierto en donde cada elemento del mismo cumple una función fundamental, el comportamiento depende de la interacción de los diversos elementos (individuos en los grupos, o las diversas dimensiones del ser humano en caso de un comportamiento individual: dimensión física, psicológica, social, etc.), no depende solo de la funcionalidad o disfuncionalidad de un solo elemento o individuo, ya que la conducta de cada elemento del sistema ayuda a mantener su homeostasis o equilibrio del sistema.

Los seres vivos, el hombre, las comunidades, los grupos sociales actúan como un sistema, siendo la salud un proceso de creación, desarrollo y evolución, sinergia y la patología, estancamiento, y simbiosis.

El principal ámbito de investigación y de intervención de la psicología sistémica es precisamente la familia. La familia se constituye entonces en el sistema de mayor interés para el psicólogo sistémico. Por esta razón abordaremos el tema de la familia desde el enfoque sistémico. Para ello acudimos a los planteamientos de Minuchín.

Según (Minuchín, 1986, Andolfi, 1993; Musitu et al., 1994, Rodrigo y Palacios, 1998), la familia se define como un sistema, es decir: “La familia es un conjunto organizado e interdependiente de personas en constante interacción, que se regula por unas reglas y por funciones dinámicas que existen entre sí y con el exterior”.

A partir del texto anterior el trabajo en la práctica profesional está orientado a fomentar la importancia de la familia y principalmente la importancia de vivir en familia  en el desarrollo del ser humano, mediante la implementación de talleres en los barrios más vulnerables del Municipio al igual que seguimiento con visitas familiares para contrarrestar problemáticas presentadas, es por esto que

La Teoría General de Sistemas (TGS), formulada por (Bertalanffy en el año 1968) es de gran importancia por que concibe a la familia como sistema en que se constituye una unidad, una integridad, por lo que no podemos reducirla a la suma de las características de sus miembros. La familia no se puede ver como una suma de individualidades, sino como un conjunto de interacciones.

El enfoque sistémico permite sustituir el análisis causa-efecto por el análisis de las pautas y reglas de interacción familiar recíproca, que es lo que nos va a permitir llegar al centro de los conflictos familiares y por tanto a las causas de la disfunción familiar permitiendo que estas exploten sus recursos para enfrentar las situaciones difíciles.

 Uno de los seguidores como Bronfenbrenner (1987), considera que la familia es el sistema que define y configura en mayor medida el desarrollo de la persona desde su concepción; dado que para este autor el entorno es algo que trasciende la situación inmediata y afecta directamente a la persona en desarrollo, adoptó la terminología de “modelo ecológico” que se concibe como una disposición seriada de estructuras concéntricas inclusivas, en la cual cada una de las estructuras se encuentra inmersa en la siguiente.

 Esta bases son de gran importancia ya que desde la práctica profesional de psicología el modelo ecológico aporta bases que permiten ver distintas maneras como personas se relacionan con su entorno. Se ha hecho alusión, a un sistema complejo y auto regulado que lleva consigo una jerarquización y unas normas que regulan sus relaciones, tanto las que se dan dentro de la familia nuclear, como las que se establecen con la familia extensa o con otras personas o sistemas. El reconocimiento de estas relaciones o interacciones es objetivo prioritario en la intervención familiar (Bateson, 1971).

 Fishman (1990):

 Cismo génesis: Es el distanciamiento progresivo entre las interacciones de los miembros familiares.

 La Intrincación: Este término hace referencia a las relaciones que se caracterizan por una excesiva proximidad entre sus miembros, llegándose a anular el yo de cada uno de los miembros, no respetándose ni la intimidad ni la autonomía de cada uno de ellos. La rigidez: Hace referencia a aquellas relaciones, distribución de roles o normas establecidas, que son inamovibles y en ocasiones incuestionables, rechazando cualquier propuesta que suponga un cambio, principalmente inaceptable por quien de manera implícita o manifiesta ostenta la máxima autoridad en la familia. Teniendo en cuenta que por causas externas y/o internas todas las familias están sujetas al cambio, la rigidez suele ser un obstáculo claro para la funcionalidad familiar.

Sobreprotección: En este sentido podríamos hablar de un tipo de interacción que lleva a ahogar las demandas de autonomía de la persona protegida, generando sentimientos de baja competencia y desvalimiento, y en cierta medida una relación  de dependencia mutua, tanto desde el que tiene la necesidad de sobreproteger como del que necesita ser protegido, ambos dependen altamente del otro para dar sentido a su vida.

La negación: Supone no reconocer o huir de las relaciones conflictivas, lo que en consecuencia lleva a no abordar la resolución de los conflictos existentes.

El enmascaramiento: Consiste en una grave distorsión de la realidad por medio de pensamientos irracionales tendentes a la satisfacción de las propias necesidades. Sucede cuando por ejemplo por inseguridad personal, necesidad de afecto, para sentirse útil o para esconder la insatisfacción personal y familiar se enmascaran éstas con obsesiones por la limpieza y el orden, y se asume un rol de máximo interés por la familia, pero sabemos que detrás de la preocupación se esconde el rechazo y con frecuencia la intención de hacerles sentir culpables.

Desequilibrio: Debe dotar de una mayor autoridad, aunque tan sólo sea provisional, a uno de los componentes de la unidad familiar, con el fin de hacer el sistema más estable y funcional para todos. Cuando los adultos han perdido poder a costa del que ganan los hijos menores o adolescentes, es necesario romper ese equilibrio.

 Re encuadre: Es la aportación del experto familiar en el diagnóstico de la situación, ofreciendo una nueva visión de la realidad, de forma que se puedan ver o experimentar nuevos tipos de interacción más enriquecedores para cada uno de los miembros y para todo el sistema, ayudando así a una nueva reconstrucción personal del sistema.

 Búsqueda de competencia: Con esta técnica lo que se pretende es activar y generar recursos en los componentes de la familia, ya que el incremento de los recursos personales puede tener una proyección intrafamiliar y a su vez una mejora en la calidad global del sistema. El asesor familiar debe hacer visibles y poner en acción los recursos existentes y cuando hay carencia de los recursos necesarios debe estimular su adquisición.

 En fin el enfoque sistémico constituye un modelo explicativo, heurístico y de evaluación familiar, que también sirve para fundamentar la intervención familiar que se hacen  las prácticas profesionales de psicología en la comisaria de familia de municipio de Algeciras llamada “Niños y niñas más felices”.