Lección 19: Introducción a la Creatividad.

 

 

 

Versión inicial (2008) Claudia A. Paredes.

 

Como la inteligencia, la creatividad ha preocupado a la humanidad desde los tiempos de la filosofía clásica, y a buen seguro mucho antes. 

La preocupación sistemática de la psicología por la creatividad, ha estado precedida y permanentemente acompañada por serias investigaciones y ensayos realizados en otros campos, especialmente en los de la creación literaria, artística, tecnológica y científica. 

Como ocurre con gran parte de los constructos psicológicos, la mayoría de las personas tiene una idea de  creatividad. 

Una primera categorización de esos enunciados, muestra que casi el 40% coincide en que la creatividad es una habilidad, capacidad, poder o recurso.     

En cuanto a los atributos del creador, los legos incluyen imaginación, originalidad y deseo de expresarse. Algunas respuestas prefieren aludir al proceso creador y lo consideran proceso de pensamiento que permite ir más allá de la visión convencional; y también lo ven como un proceso paradójico pues reúne lo viejo con lo nuevo y lo ordinario con lo extraordinario. La idea de libertad asoma también en relación con el proceso y el creador 

 El producto de la creación es calificado como único, nuevo, apreciable, original y personal. 

Aunque podrían citarse antecedentes, no se duda que el Discurso Presidencial ante la Asociación Americana de Psicología de J.P. Guilford sobre el tema “Creatividad”, en 1950, dio un notable impulso a los estudios en ese campo y en especial a la elaboración de tests sobre lo que el propio Guilford denominó pensamiento divergente. 

Su inmensa labor y la de muchos otros permitieron arribar a coincidencias en varios puntos, siendo el más importante de ellos que los tests divergentes definen una habilidad correlacionada. 

Entre las variables que con mayor frecuencia se incluyen en los instrumentos de exploración de la creatividad, sin duda las más frecuentes son las que requieren del sujeto pensar en los diferentes usos que pueden hacerse de objetos comunes. 

 Las variables reciben distintos nombres en los distintos instrumentos y puede haber una ligera diferencia en los procedimientos para la asignación de puntajes. 

El segundo tipo de variables más frecuentes en la exploración de FO (Factor Originalidad) de los sujetos es pensar títulos para imágenes o relatos o textos para historietas. 

El tercer tipo más frecuente de variables para explorar originalidad/creatividad consiste en tests acerca de ―Consecuencias ― en los que el sujeto debe pensar y a veces escribir acerca de las posibles  consecuencias de un evento hipotético. 

El cuarto tipo de variables puede recibir los distintos nombres de “Agrupamiento”, “Grupos múltiples”, “Semejanzas” o ¿a qué clase pertenece esto? Donde la tarea básica del examinado consiste en sugerir el mayor número posible de maneras de clasificar un grupo de objetos comunes o de sugerir el mayor número de formas posibles de indicar en qué se asemejan dos o más objetos. Podría afirmarse que lo que aquí se demanda es flexibilidad o fluidez de pensamiento acerca de los atributos que pueden definir las clases. 

Si todas estas tareas que corresponden a variables consideradas en la determinación de FO miden realmente la creatividad, es una pregunta para la cual no hay todavía una respuesta definitiva.  Sin embargo, la creatividad dependería de varios recursos y el Factor O representa uno de esos recursos.   

Después de más de cuatro décadas de investigación, con logros, pero también con desencuentros, Todd I. Lubart (Lubart, 1994) nos entrega un autorizado cuadro de situación acerca de la creatividad incluyendo sus relaciones con la inteligencia. Lo hace como autor de un capítulo del libro, editado por R.J Sternberg, en 1994 (Sternberg, 1994), bajo el título que en español significa “Pensamiento y Resolución de Problemas” mostrando una vez más que la creación es acto de pensamiento, asociado con la habilidad para resolver problemas. 

En lo que sigue, haremos una breve paráfrasis de varias de las ideas de Lubart por su claridad y por hallarlas congruentes con nuestros puntos de vista. 

Cuando se encara el tema de la creatividad, surgen algunas preguntas ineludibles: ¿Cómo se define? ¿Cuál o cuáles son sus fuentes? ¿A través de qué procesos opera? ¿Cómo es posible medirla? 

 Si se analizan las definiciones de creatividad de expertos y de legos, reunidas en los últimos 50 años, sobresale la idea de que ella incluye, en primer lugar el tratarse de algo nuevo y apropiado. 

 Pero también la calidad, la importancia y el proceso de producción de la obra que expresa creatividad, son inherentes a la propia noción. Es evidente que hasta ahora no es posible ofrecer una definición unívoca y que el problema de una caracterización experta que cuente con general aprobación, continúa abierto a la investigación. 

En cuanto a las fuentes de la creatividad en base de evidencias científicamente fundadas no podrían excluirse la inteligencia, el conocimiento, los estilos de pensamiento, los rasgos de personalidad, la motivación y el ambiente. Es precisamente a partir de la consideración del papel del ambiente en la creatividad donde tiene su puesto la educación. 

Pero no puede descuidarse ninguno de los factores mencionados porque ellos operan en conjunto para arrojar como resultado una actuación creativa. Dado el avance continuo en el conocimiento de cada uno de esos componentes, es necesario proseguir con su estudio y explorar la compleja naturaleza de la interacción entre todos ellos capaz de generar creatividad. 

Desarrollaremos de manera breve algunas nociones acerca de los citados componentes o fuentes. Ya hemos destinado algún espacio al tratamiento de la inteligencia debido a su puesto central en la cuestión; sería necesario hacer otro tanto con los restantes (conocimiento, estilo de pensamiento, personalidad, motivación y ambiente). Como es sabido, cada uno de ellos configura un campo propio de conocimientos disciplinar y de investigación. 

El rol del conocimiento en cuanto fuente de la creatividad, resulta evidente. El famoso dicho de Pasteur “El azar sólo favorece a las mentes preparadas” compendia admirablemente la elemental sospecha y sólo diremos que se ha producido un considerable volumen de investigaciones tratando de establecer en qué momento del desarrollo de la carrera de un investigador o artista literario, musical o pictórico, hizo su aparición la primera obra verdaderamente creativa. 

La creación está precedida de un considerable tiempo de aprendizaje y búsquedas. ¿De qué manera el estilo de pensamiento interviene como factor de la creatividad? Conviene recordar que la noción de estilo de pensamiento surge en la psicología como un terreno en que se solapan la cognición y los rasgos de personalidad. Se verá más adelante el papel específico que se asigna a estos últimos como componentes de la creatividad. 

 De los numerosos estilos de pensamiento propuestos por los psicólogos, sólo haremos referencia a algunos que de manera hipotética tienen importancia para la creatividad. Por ejemplo, si se considera el estilo caracterizado por los polos globalista vs detallista, propuesto por varios psicólogos (Sternberg y Lubart entre otros), dado que las soluciones requieren una amplia mirada de la situación, en principio y luego una especial habilidad para atender a los detalles, se supone que quienes se caracterizan por un estilo de pensamiento con equilibrio en la dimensión globalista-detallista, contarían con la mejor disposición creadora. 

 Se ha dicho que ciertos rasgos de personalidad aparecen como facilitadores de la actividad creadora. Tropezamos aquí con la postulación de múltiples teorías de rasgos de personalidad. Entre todos los rasgos propuestos, puede afirmarse que son cinco los que gozan de más amplia aceptación entre los psicólogos, a tal punto que se los reconoce como los cinco grandes. Se trata de las dimensiones bipolares Extraversión-Introversión, Agradabilidad vs.  Antagonismo, Conciencia vs., Falta de orientación, Neuroticismo vs. Estabilidad emocional y Apertura vs., Cierre ante las experiencias. 

 La última dimensión corresponde a modos habituales y característicos de actuar que evidencian curiosidad, originalidad, imaginación, amplitud de intereses y una modalidad no convencional. Es evidente la correspondencia entre este último rasgo de personalidad y la creatividad. 

 Se coincide ampliamente en que los procesos sociales desempeñan un papel importante en el estímulo y reconocimiento de la creatividad. Entre los innumerables ejemplos: el desarrollo del pensamiento filosófico en la Atenas de los siglos V y IV a.C.; las artes en la Italia del Renacimiento o en la España del Siglo de Oro; o el avance de la genética molecular a partir de mediados del siglo XX en centros de estudio del hemisferio norte. 

Taxonomías y enfoques en el estudio de la creatividad 

La complejidad del constructo creatividad, ha dado lugar a que se elaboren diversas taxonomías que toman en consideración aspectos, también diversos, del citado proceso. Merece destacarse el reciente aporte de Sternberg titulado ―El enigma (o el problema intrincado) de la creatividad‖ donde identifica ocho clases de contribuciones creativas en lo que denomina ―modelo de la propulsión‖. (Sternberg, R.J. et.al. 2002) 

En esta misma obra se presenta una categorización de enfoques, entre los cuales destacaremos los siguientes: 

1. Psicométrico: El ya mencionado enfoque psicométrico fue iniciado por Guilforden 1950, quien advirtió las limitaciones de la investigación acerca de la creatividad y que podía ser estudiada en todos los sujetos utilizando tareas de papel y lápiz. 

El tratamiento psicométrico de la creatividad ha tenido efectos positivos y negativos sobre el campo, el efecto positivo que nadie desconoce, es haber generado instrumentos facilitadores de la investigación. Sin embargo, se han señalado algunos efectos negativos, dado que para algunos investigadores las pruebas de papel y lápiz son medidas inadecuadas de la creatividad, ya que las grandes producciones, las creaciones verdaderamente valoradas, incluyen producciones mucho más amplias. Además, otros críticos consideran que los aspectos más  explorados por el enfoque psicométrico: como fluidez, flexibilidad, originalidad y  elaboración, no abarcan la totalidad del constructo creatividad. Los enfoques cognitivos procuran comprender las representaciones y procesos mentales del pensamiento creativo. 

2. Cognitivo: En tal sentido, para los cognitivistas al estudiar percepción o memoria se estarían estudiando las bases de la creatividad. De esta manera, el estudio de la creatividad sería sólo una extensión de la obra ya realizada en otros campos. Por ejemplo para el enfoque cognitivo, la creatividad debiera incluirse dentro del ámbito de los estudios acerca de la inteligencia. Aunque la mayoría de los expertos no se opone a la relación entre inteligencia y creatividad, tienen dificultades con las aseveraciones del enfoque cognitivo, dado que postulan una diferenciación entre los dos constructos. No sería justo pasar por alto aquí dentro de este enfoque la enorme producción ya realizada en el plano de la Informática y sobre todo los programas de simulación con la computadora destinados a producir pensamiento creativo. De manera tal que simulen el pensamiento humano. 

3. Personal/social: En los enfoques de naturaleza personal/social  se trata de considerar variables de la personalidad, variables motivacionales y ambiente socio-cultural como fuentes de la creatividad. Este enfoque resulta también amplísimo pues se trataría de una interface entre los aportes de los respectivos campos. Sin embargo, faltan una efectiva integración y cuando se dirige la atención hacia las investigaciones realizadas dentro de este enfoque que aunaría las variables sociales con la personalidad, se advierten que son muy pocos los estudios integrados. 

4. Evolucionista: El enfoque evolucionista sugiere que las mismas clases de mecanismos que se aplican al estudio de la evolución de los organismos debieran aplicarse a la evolución de las ideas. Este enfoque, que dentro de la Psicología va ganando entusiastas adherentes es elegido por algunos investigadores como marco para el estudio de la creatividad. De cualquier modo, aunque tiene algunos antecedentes a mediados del siglo XX, se trata de una línea de investigación muy reciente. 

5. De confluencia: La multiplicidad de enfoques parece conducir naturalmente a los de confluencia, grupo en que los autores de teorías y modelos advierten la necesidad de tomar en cuenta múltiples componentes de convergencia necesaria a los fines de la creatividad. 

Así por ejemplo Amabile describe a la creatividad como la confluencia de motivación intrínseca, conocimiento y habilidades relevantes para un dominio específico, incluyendo dentro de este último tipo de variables el estilo cognitivo, el conocimiento de heurísticos y el estilo de trabajo. 

Conclusiones 

Los esfuerzos realizados por los psicólogos educacionales por llevar a la práctica educativa los avances en el conocimiento acerca de la inteligencia y la creatividad, configuran a esta altura un repertorio que se diría inabarcable y del que se puede afirmar que ha planteado, en algunos casos, nuevos retos e interrogantes a la ciencia básica. 

Las formas asumidas por esos aportes a la enseñanza y al aprendizaje son diversas. Entre las más numerosas figuran los ya incontables programas para aprender y enseñar  a pensar y a resolver problemas, los llamados programas compensatorios que procuran ofrecer el estímulo cultural de que niños y jóvenes habrían estado privados,  los programas destinados al fomento de la creatividad.

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