Lección 13: Introducción a la Atención

 

 

 

Versión inicial (2008) Claudia A. Paredes.

 

 

Para que el organismo lleve a cabo una determinada actividad mental es preciso que reciba una estimulación, de la que pueda extraer información y, además, que atienda, es decir, que esté abierto a la captación de los estímulos. Por consiguiente, la atención hay que concebirla, más que como un mecanismo o estructura cognitiva aislada, como una condición básica de nuestros procesos cognitivos.    

La atención es una orientación seleccionadora de la conciencia hacia una determinada cosa.  En el estudio de la atención suelen considerarse dos aspectos principales: 

1. Su carácter focal, por medio del cual se configura el objeto perceptivo, entresacándolo de la cantidad ingente de estimulación a la que estamos sometidos continuamente. En este sentido suele hablarse de atención selectiva. 

2. Su carácter activador-regulador, gracias al cual el sistema perceptivo se pone en marcha y puede llevar a cabo una tarea de forma continuada. Es lo que por regla general se denomina atención sostenida. 

Además del carácter focal v activador de la atención es preciso poner de manifiesto otras notas distintivas, que ayuden a comprender mejor la naturaleza de esta función psíquica. En primer lugar, destaca la limitación del sistema nervioso a la hora de poder atender v procesar información. Un hecho evidente, v experimentado por todos en alguna ocasión, es la incapacidad del ser humano para atender a diversos asuntos a la vez, o para realizar muchas actividades al mismo tiempo.  

Según los estudios realizados, parece que el hombre puede atender simultáneamente entre seis v once bits o unidades de información. Ante la imposibilidad de prestar atención a todos los estímulos del ambiente, el sujeto debe realizar una selección de aquellos v establecer un orden de prioridades. 

Determinantes de la atención 

En  la atención influyen variables externas al sujeto y localizadas en el medio ambiente. Las características de los estímulos presentados a nuestros sentidos determinan nuestra atención y hacen que un conjunto de estímulos se conviertan en el punto focal de nuestra percepción.  

Entre aquellas características físicas de los estímulos que con frecuencia contribuyen a «llamar la atención» destacan las siguientes: 

  1. Las modificaciones en los estímulos: un aumento en el ruido o un cambio en la iluminación atraen la atención del observador.  
  2. El movimiento: un movimiento repentino cerca de nosotros puede convertirse en foco de atención. Asimismo, la carencia de movimiento en una situación en la que todos los demás objetos se mueven puede igualmente constituir un foco de atención. 
  3. La repetición de un mismo estímulo contribuye también a polarizar la atención. Así, es posible que un disco rayado suscite la atención que su movimiento normal no producía. 
  4. El tamaño: por lo general los objetos grandes captan nuestra atención con más facilidad que los pequeños. 
  5. La posición del estímulo respecto del observador: se ha comprobado que ante un folio de papel el sujeto dirige su mirada en un primer momento hacia la parte superior izquierda. 

Existen otros factores, de naturaleza interna, que desempeñan un papel importante en la atención: son los motivos, intereses y valores. De otra parte también encontramos dos tipo de atención la voluntaria o intencional e involuntaria que se da cuando un acontecimiento atrae la atención del sujeto sin esfuerzo consciente por ejemplo un ruido.

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